miércoles, 6 de junio de 2012

JOAQUÍN PINTO...GENIAL.

García Moreno, cual Quijote, conduce a un cura dominico ebrio a su convento.

1 comentario:

  1. Entre sus discípulos figuraba Eufemia Berrío, joven de familias oriundas de Medellín en Colombia "inteligente y agraciada y muy aficionada al arte", y atraído hacia ella, fue aceptado y de esa unión nacieron dos hijas. Años después el Canónigo Manuel Andrade Coronel lo contrató para que decore su casa. Pinto concurrió con la Berrío a realizar esos trabajos y entonces Andrade la convenció a ella de abandonar al pintor e irse con él, lo que así ocurrió. De esta unión nació el niño Manuel Nicolás Andrade Berrío. El Dr. Manuel Andrade Coronel era un sujeto inteligente pero impetuoso, conocido como "El Loco Andrade" y había sido obligado en su juventud a ingresar al sacerdocio sin vocación. En 1.876 era miembro del clero regular, nada menos que Secretario del Arzobispo y Canónigo de la Catedral de Quito, pero ocurrió que Pinto no olvidaba a la Berrío y meses después la recibió de nuevo en su casa con el niño Andrade y formalizaron la situación, comprometiéndose en matrimonio.
    Marieta de Veintemilla cuenta en sus "Páginas del Ecuador" que al enterarse Andrade del compromiso de la Berrío montó en cólera y esperó en una esquina a Joaquín Pinto a quien trató atacó cuchillo en mano, delante de algunos escandalizados transeúntes, pero el asunto no pasó a mayores porque el pintor pudo escapar a la carrera. Posteriormente Andrade propuso al tendero Antonio Casaretto que invite a Pinto a servirse una copa de vino, previamente mezclado con unos polvos que Andrade le proporcionaría, con el fin de envenenarlo o hacerle perder la razón, pero el tendero se negó de plano a secundar tan desorbitados propósitos. Andrade debió fastidiar de alguna otra manera a Pinto y hasta pudo haberlo perseguido de varios modos, lo cierto es que había adquirido en varias boticas de Quito significativas dosis de estricnina, dizque para matar ratones. (Pérez Pimentel)

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