A los niños en Carondelet les gusta el mundo de la cultura y el estudio |
Los carondelenses son gente bondadosa y amable con los extraños |
A
raíz de conocer por dentro hace algunos años el Palacio de Carondelet en Quito,
nació la inquietud de saber quién fue este personaje y todo lo relacionado con
el edificio que hoy llama la atención a turistas nacionales y extranjeros,
porque es la sede del Gobierno Nacional y porque ha sido escenario de múltiples
eventos y acontecimientos a lo largo de la historia. Y así, buscando las
huellas de esa historia encontramos en el mapa un punto en la selva. Al
principio sólo sabíamos que estaba en Esmeraldas junto a un río y la línea férrea,
hasta que llegó el día en que nos hemos paseado por las calles de ese pueblito
de gente de raza negra, con la compañía de Nixon Mina, presidente de la Junta Parroquial,
a quien conocimos horas antes en un evento cultural. Increíble la experiencia.
El río que corre junto al pueblo se llama Bogotá y el tren ya no pasa porque
están rehabilitando la vía.
Caballero de la Orden de Malta y
Mariscal de Campo
En
Carondelet poco saben sobre su patrono y solicitan nuestro apoyo para la
conformación de un Club de Comunicación que aporte para la formación
intelectual de los adolescentes del lugar. Para el conocimiento de todos, nuestro
Palacio de Gobierno lleva el nombre del ilustre Luis Francisco Héctor, Barón de
Carondelet, presidente de la Real Audiencia de Quito en 1799, fue quizás el
mejor administrador en todos los aspectos; en ese tiempo ya pensó en el camino
hacia Esmeraldas, proyecto concebido por el sabio riobambeño Pedro Vicente
Maldonado. Carondelet nació en Noyelles-sur-Selle, en la región de Flandes, al
sur de Francia en 1748.
Muy joven ingresó al servicio militar español como miembro de la guardia real participando
en 1.775 en la expedición de Argel. En 1.783 fue Jefe de la IV División que
viajó a Norteamérica y puso sitio al Castillo de Pensacola en Florida, en poder
de los ingleses desde hacía 20 años. En 1.787 regresó a España con el grado de
Coronel de Infantería y Caballero de la Orden de Malta. En 1789,
fue nombrado intendente de San Salvador, reorganizó las milicias,
protegió a los consumidores regulando los pesos y medidas y creó impuestos para
los extranjeros con el fin de construir caminos y cárceles; estableció escuelas
primarias y de artesanías. Entonces fue ascendido a Mariscal de Campo y el Rey
Carlos IV de España lo nombró Gobernador de la Luisiana y de la Florida
Occidental de 1791 a 1797.
Tuvo el propósito de frustrar la política de los Estados Unidos
negándole el acceso al río Misisipi.
Reconstruyó el palacio que leva su
nombre
En diciembre
de 1.798 llegó a Manta en compañía de su esposa, dos hijos, varios acompañantes
y sirvientes. Pasó a Guayaquil, partió a la sierra y se encontró en Ambato con
su antecesor Luis Muñoz de Guzmán que bajaba a Lima. Allí se informó sobre el
estado de pobreza y ruina originado por el terremoto de 1.797, que asoló la
zona central de la sierra destruyendo a la antigua Riobamba. El 3 de febrero de 1799 tomó
posesión de la Presidencia de la Real Audiencia de Quito, cargo que ejerció
hasta su muerte en 1807. En
Quito
hizo varias obras, como la reedificación del viejo Palacio Real, sede de los
presidentes de la Audiencia, que encargó al arquitecto español Antonio García
en 1801, o
sea el actual Palacio de Carondelet; la remodelación del acceso principal de la
Catedral
Metropolitana de Quito y la construcción de su cúpula; se
preocupó de la apertura del camino a Malbucho que uniría Quito con Esmeraldas a
través de la selva; este camino habilitó el comercio de toda una extensa
región, permitiendo la fundación de un tambo en La Tola.
Comedido, moderado, nunca altanero ni
arbitrario
Igual
interés demostró en mejorar el camino a Guayaquil por Guaranda, Zapotal,
Ventanas y Montalvo, que denominó "Camino Real", después fue conocido
como la Vía Flores, hoy se encuentra casi abandonada, pues ha sido reemplazada
por otra, pero sirvió para más tarde construir el ferrocarril. En el ámbito
universitario Carondelet es historia aparte, para mejor el sistema de la época,
como muy pocos mandatarios lo han hecho. El 8
de julio de 1.807 Carondelet se dirigió a inspeccionar el camino del mar, pero
el 17 volvió enfermo por una dolencia en una pierna; viajó a la quinta de su
amigo Juan Pío Montúfar en el valle de los Chillos, medicinándose con sus aguas;
estaba aquejado de un dolor al hígado y como se sintió peor hizo testamento
declarando por hijos a Luis y María Felipa, menores de edad. De regreso a Quito
se le agravaron las dolencias y murió repentinamente el 10 de Agosto de 1.807 a
los 59 años de edad; lo enterraron en la bóveda de los canónigos en la
Catedral. Fue "Alto de cuerpo, sonrosado, enjuto de carnes, la cabellera
cana". Su biografía ha sido publicada por Carlos Manuel Larrea. Comedido y
moderado no usó nunca de la altanería y arbitrariedad tan del agrado de los
funcionarios. Hombre culto y progresista, ayudó a Caldas y a Mejía, es decir,
de entre todos los personajes de la colonia, quizás fue el mejor.
“Mi mejor encanto / Yo se lo dedico a la
mujer del campo”
El
pueblo de Carondelet es hermoso y tranquilo, se encuentra a una hora y cuarto
de San Lorenzo o de Esmeraldas, tiene algunos adelantos, como calles pavimentadas,
un colegio llamado “Barón de Carondelet”, un río de caudal regular, afluente
del Mataje, con el nombre de la capital colombiana, como para bañarse a gusto y
a cualquier hora y para lavar la ropa. Nixon me acompaña por sus calles, saludamos
con la gente, pero antes les dice algo a sus paisanos y paisanas, sonríen
generosamente, les tomo fotos y ellas cuchichean, seguramente dicen algo de
este forastero. Una mujer me pregunta, ¿va ha venir siempre? Seguro, les digo.
¿Y cuándo? En un par de semanas, les ofrezco. ¿Quién eres tú? Me dice una negra
de ojos vivaces y dientes muy blancos. Cuando vuelva te lo cuento, expreso. Carondelet
acaba de cumplir 208 años de fundación, “es tierra de leyendas y mitos
ancestrales, dueña de una cultura envidiable, con un desarrollo poblacional que
crece cada día”, dice una publicación realizada por ellos. Y añade Nixon en su
mensaje: “Que Yemaya (el océano, la esencia de la maternidad y protectora de
los recién nacidos), Chango, Orula (la sabiduría, la inteligencia, la picardía y la astucia que se sobreponen
al mal)
y Ogún nos colme de bendiciones y sabiduría”, y con hermosa poesía concluye:
“Mis mejores días / Mi mejor encanto / Yo se lo dedico a la mujer del campo /
La que siembra amor con los pies descalzos / Y sus labios saben a piña y a
mango…” ¿Qué bonito verdad…?
Antes esclavos, hoy libres como el
viento
El
pequeño pueblo de Carondelet que lo recorro muestra algunas obras: pavimento de
las calles, modernas oficinas del Gobierno Parroquial, un malecón escénico, un
puente peatonal, calles con nombres de Bolívar y Sucre, viseras en las paradas
de bus, el grupo de danza “La Caña”, grupo de marimba, fachada del colegio
pintada por militares, el “Centro Cultural Carondelet”, y otras, pero le hacen
falta aulas al colegio y otras obras que esa hermosa gente de raza negra ---con
sus manos, herencia ancestral de esclavos venidos del África hace centurias, hoy
libres como el viento— ayuda a construirlas. Ahora, nuestra palabra está empeñada. Vamos a
trabajar en lo que sabemos, enseñando a los jóvenes, sobre el uso y don supremo
de la palabra. Por supuesto todavía quedan de este pueblo muchas cosas qué
contar, y para ello volveremos.
César
Pinos Espinoza
www.proyectoclubesdecomunicacion.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario