Igual que para la mayoría de
ecuatorianos, para nosotros, San Lorenzo de Esmeraldas, ha sido un enigma. Al
fin hace un mes decidimos viajar y llegamos al lugar. A partir del terminal de
Guayaquil comenzó el periplo. Trans Esmeraldas, la empresa que ha sido
cuestionada pero que rectifica procedimientos, nos llevó en cinco horas hasta
Santo Domingo de los Tsáchilas. Lo hizo bien, no vimos anomalías, y enseguida
tomamos la nueva ruta en auto particular para arribar en horas de la media
tarde en un calor sofocante e instalarnos para descansar ya concluida la
jornada. Ni la mínima idea de salir de noche. En tierra extraña y con el recelo
que causan sensacionalistas informaciones de la prensa, exageradas por cierto,
no quedó más remedio que quedarse en el cómodo hotel viendo televisión. Pero
saco provecho: “En el comienzo del universo todo estaba en orden (big bang).
Desde allí se ha estado convirtiendo en más y más desordenado…”, dice Ludwing
Boltsmann, físico austriaco pionero de la mecánica
estadística.
PARQUE EN EL CENTRO DE SAN LORENZO |
UN COLOMBIANO VENDIENDO JUGOS |
EL MUELLE DE SAN LORENZO CON LAS RIELES DE HACE MUCHO TIEMPO. |
MONUMENTO A LOS CONCHEROS |
LA AVENIDA PRINCIPAL DE SAN LORENZO |
LA CASA DEL PINTOR GONZALO ENDARA CROW, SE PIERDE POR LA FUERZA DEL MAR...Y DEL TIEMPO. |
LA MARIMBA, SÍMBOLO Y MOTIVACIÓN EN SAN LORENZO. |
LA CASA DE LA BOTELLA, OBRA EXCLUSIVA Y ORIGINAL. |
EL RÍO SAN LORENZO. |
LA HOSTERÍA EL PEDREGAL, EN SAN LORENZO. |
En Río Verde una vieja casa de Endara
Crow
Desde
Santo Domingo se pasa por La Concordia y Quinindé; poco antes de Esmeraldas
está un punto llamado San Mateo, desde donde se toma la ruta hacia San Lorenzo
por unos 120 km de magnífica carretera asfaltada y señalizada bordeando a veces
la playa y el mar. En la ruta está Río Verde y en un rincón la casa del célebre
pintor nacido en Bucay, Gonzalo Endara Crow y fallecido en 1996. La que fue su
hermosa residencia hoy son ruinas que el mar destruye más y más. “Gonzalo Endara Crow es considerado uno
de los pintores latinoamericanos más importantes de la
segunda mitad del siglo 20. Su obra es universal y ofrece una perspectiva
estética de la cultura andina y
su gente. Su pintura más reconocida es ‘El
Tren Volador’. De niño, Endara Crow quedo asombrado por los trenes desde
que su padre trabajó en el ferrocarril, esto se convirtió en una inspiración
para su obra maestra, en la que muestra a un tren en vuelo, de ahí el título,
que combina con un paisaje montañoso de colores. Otro motivo surrealista
común en sus pinturas, lluvia, campanas o esferas como en su obra ‘Sin título’ de fecha 29 de julio 1988”,
dice un sitio de la web.
Maldonado,
nombre de un científico riobambeño
En
Boca de Mache, un pequeño caserío, tomo fotos y unos niños me regalan borojó. Pasando
por el río Cayapas hay un letrero que dice “Bienvenidos a Maldonado” y por una
vía pésima entramos a este pueblo pobre de gente de raza negra, junto a él veo
una valioso bosque de teca, ¿de quién será?, seguramente de ninguno de los de
allí. En el camino a San Lorenzo venden cocos y botellas de guarapo de caña.
Una mujer casi anciana que viaja junto a mí dice que conoce Cuenca y me cuenta
que ha trabajado como educadora de mayores pero que no le pagan y está pobre.
En Borbón, nombre que sugiere alta alcurnia, encuentro a un joven cuencano que
tiene en sus brazos una niñita negra y está rodeado de varias negras jóvenes
del pueblo, le pregunto de dónde es, me dice que de Cuenca y que me conoce;
respecto a esa atractiva corte que le rodea, dice que es su familia.
Un
muelle hermoso y nostálgico
Por
esos lares no veo sino raramente a gente mestiza, casi todos son de raza negra,
y a uno que otro turista extranjero de raza blanca. Es un mundo exótico y
hermoso. San Lorenzo tiene una larga historia de sacrificio y postergación.
Mirian Angulo, del departamento de Turismo del Municipio de San Lorenzo es
nuestra guía, tuvo la paciencia de acompañarnos por diversos lugares, que
resulta largo contar pero son los más significativos, como indicaremos luego. Primero
al muelle que se encuentra remodelado y guarda el recuerdo del viejo
ferrocarril que unía a San Lorenzo con Ibarra. Los rieles llegaban hasta el
mismo muelle. A la entrada un hombre colombiano –lo identifico por su sobrero y
su dialecto paisa-- vende jugos cerca de un monumento a los concheros. Luis
Safla, un taxista de raza negra y algunos años a cuestas, me cuenta que hace 50
años vino de Ambato en tren, hizo cuatro días desde Ibarra a causa de los
descarrilamientos y derrumbes; él vio un aviso en el periódico para trabajar en
San Lorenzo en la explotación de madera, le pagaron casa, comida y cuatro sucres
diarios; llegó sin su mujer, dejó tres hijos y se pasó seis meses, se cuidaba
mucho de las mujeres porque tenía desconfianza de ellas, después trajo a su
esposa e hijos y tuvo tres más; casi todo era selva y había un gran número de
gente de raza negra.
Buenos platos, alegría y nada qué temer
Por
su parte Mirian nos cuenta que el carnaval se lo festeja actualmente pero ya
culturizado; hay sabrosas comidas típicas a base de concha, tapado de pescado,
encocado de concha. En la comunidad de El Porvenir capturan jaibas y cangrejos
para preparar encocados y el plato afro con coco llamado pata de burro.
Consumen carne de animales del monte, como del perezoso (les dije que no lo
hagan), arroz con corvina, arroz con coco y chocolate. El patrono es San
Lorenzo y la fiesta el 10 de agosto. En la hostería El Pedregal veo bailar al
son de la marimba, y una mujer declama: “Los hombres de este tiempo son como la
mantequilla / apenas ven una mujer se ponen de rodillas…” “Yo me casé contigo /
por dormir en tu cama / Y ahora me vienes con el cuento / de que la cama es de
tu mama…” Visitamos la Casa de la botella, una edificación de contextura exclusiva
cuya fachada e interiores las han construido sólo con botellas, sirve para
eventos culturales y reuniones de interés social. San Lorenzo y sus comunidades
constituyen un verdadero tesoro, tiene mil destinos para conocerlos y
disfrutarlos; la gente es buena y respetuosa, no hay nada qué temer. San
Lorenzo cuenta con buena hotelería, carreteras y personas que pueden servir de
guías. Sin embargo no tienen una terminal de buses, aunque Esmeraldas tampoco
lo tiene como para su categoría de ciudad importante en el ámbito turístico.
Al paso invitaciones y relatos
Por
donde vamos hay novedades, y las generamos; Adamiro Santacruz, un hombre de
Alto Tambo, vía Esmeraldas-Ibarra, en la frontera entre las provincias de
Imbabura y Carchi, se ha enterado de nuestra presencia y nos detiene e invita a
su pueblo lejano: hay rieles de tren antiguo, aguas limpias, bosque primario y
el nacimiento de ríos, manifiesta. En San Lorenzo entablo amistad con Luis,
quien después me llevará en su buseta de regreso a Esmeraldas, me cuenta su
vida, sus hermanas fueron regaladas, su padre murió pronto y su madre se unió
con otro, más tarde lo mataron; dice que al comienzo su existencia fue un éxito
pero luego se fue a la quiebra y de allí trabajando ha vuelto a tener éxito,
ahora tiene cuatro lindos niños incluida una sobrinita a su cargo, forman una
familia excelente; relata la historia de un hombre que se unió a una chica
chachi --indígenas que no aceptan a gente de otra raza diferente a la de ellos-- los hermanos de raza se enteraron y tuvo que pagar
una multa de 200 dólares, además de que lo metieron en el cepo como castigo.
Bueno, San Lorenzo es belleza, tradiciones, historias, leyendas y hombres y
mujeres de una raza de siglos; pero creo que en el fondo todavía se mantiene el
germen de sus ancestros venidos de muy lejos, encadenados, humillados, vendidos
y comprados, Por fortuna hoy gozan de un presente alentador, libre como la
brisa cálida de esas tierras ardientes y con un futuro prometedor para las
nuevas generaciones.
César
Pinos Espinoza
www.proyectoclubesdecomunicacion.blogspot.com
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