“Eloi, Eloi, lama sabactani”
"Y cuando vino la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta
la hora nona. Y a la hora novena, Jesús clamó a gran voz: "Eloi, Eloi, lama sabactani ", "Dios mío, Dios mío, por
qué me has abandonado" “Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró. Y el velo del
Templo se rasgó en dos, de arriba a abajo. Y cuando el centurión,
que estaba frente a Él, al ver cómo había expirado, dijo: ‘Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios" (Marcos 15:33-34,37-39).
La exclamación expresada por
el Nazareno en arameo, lengua semítica con una antigüedad de unos tres mil
años, encierra algunos misterios. ¿Tuvo Jesús realmente miedo en ese momento de
la crucifixión? ¿Se vio desamparado? ¿Pensó que el Padre lo había abandonado? Y
si fue así, ¿por qué Dios abandonó a su hijo en la cruz? Mateo y Marcos, son los
únicos Evangelistas que registran este incidente en detalle, señalan que Jesús
se sintió abandonado por Dios, sin explicar el por qué (Mateo 26: 46; Marcos
15:34). Se da una serie de explicaciones al respecto por esa separación del
Hijo con el Padre en un momento tan dramático. Sugieren especialistas que “el
Padre no podía soportar ser testigo de la muerte de su amado Hijo; y por lo
tanto, se apartó en el momento del sufrimiento final de Jesús”. También, que “el
Padre tenía que irse, para que Jesús pueda cumplir la expiación completamente
solo”. O que Jesús “se encontró absolutamente abandonado por Dios, al igual que
todos los pecadores y por eso sufrió y murió en nuestro lugar” (Gálatas 3:13).
Es decir, en ese momento Dios retiró su poder protector a su Hijo, “para que Él
hiciera el sacrificio expiatorio por todos nosotros”.
No se conoce con certeza
cuánto tiempo duró la vida pública de Jesús, señala un comentarista de estos
temas sagrados. Los evangelios sinópticos mencionan una sola
fiesta de Pascua celebrada por él con sus discípulos en Jerusalén,
durante la cual fue detenido y crucificado. Eso parece sugerir que su vida
pública duró solamente un año. En el Evangelio de Juan,
por el contrario, se mencionan tres fiestas de Pascua, las tres celebradas por
Jesús en Jerusalén, lo que hace suponer que el ministerio de Jesús se prolongó
durante dos o tres años. En todos los evangelios sólo hay una indicación
precisa de fecha, la que se ofrece en Lucas (Lucas 3.1-2). Jesús, como otros hombres célebres de la antigüedad,
incluido Sócrates, no escribió nada, o no hay constancia de ello. Todo se basa
en relatos y textos de otros.
Según las Cartas de Pablo
los primeros textos sobre Jesús son posteriores en unos veinte años a la fecha
probable de su muerte, luego, las principales fuentes de información acerca de
su vida, o sea los cuatro evangelios canónicos, se redactaron en la segunda
mitad del siglo I. Las Cartas de Pablo de Tarso, escritas,
según la datación más probable, entre los años 50 y 60 son los
documentos más tempranos acerca de Jesús. El papiro de Egerton, único
fragmento que no aparece en los evangelios canónicos cita una pregunta de Jesús
a sus discípulos: “¿Por qué la semilla se entierra y al poco tiempo crece de
modo inconmensurable?". A
continuación, Jesús hace un milagro plantando en el río Jordán una semilla de
la que crece un árbol que da fruto. ¿Talvez se refieren a la resurrección? No
hay acuerdo sobre este caso, el fragmento está muy deteriorado y faltan muchas palabras
en el texto.
Juan Chapa, profesor de la Universidad de Navarra, ha
descubierto en Inglaterra un probable evangelio apócrifo que pertenece a la
colección de papiros de Oxirrinco (Egipto) y se conserva en la Universidad de
Oxford. El papiro que acaba de ser editado por dicho investigador, decano de la
Facultad de Teología de la Universidad española y profesor de Nuevo Testamento,
explica que, “en una cara relata parte de un exorcismo realizado por Jesús, que
no encuentra su paralelo exacto en los cuatro evangelios canónicos”.
Cuántos misterios más en torno a la vida y muerte de
Jesús. No cave duda que existió, pero también, que es muy difícil llegar a
saber mucho en cuanto al personaje, que sobre todo ostenta un halo divino y
encarna una filosofía, inaceptable para su tiempo, y quizás impracticable e
inexplicable para nuestros días.
César Pinos Espinoza
www.proyectoclubesdecomunicacion.blogspot.com
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