lunes, 5 de septiembre de 2011

domingo, 4 de septiembre de 2011

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Marcabelí, el Edén de los Andes






Diario El Mercurio, domingo 4 de septiembre de 2011

Una docena de pasajeros con sus equipajes esperaban en la “Y”. Hacia la izquierda la ruta conduce a Piñas, Portovelo y Zaruma; hacia la derecha a Balsas, Marcabelí, Loja y Zamora. La carretera se encuentra en perfectas condiciones, asfaltada y señalizada. Viramos hacia la derecha y comienza la aventura para conocer “El Edén de los Andes”, nombre con el cual le conocen a Marcabelí, cantón perteneciente a la parte alta de la provincia de El Oro. En 30 minutos arribamos a Balsas (6 mil habitantes), rincón agradable, de clima benigno y escaso movimiento; por allí no faltan camionetas que transportan a la gente en la paila “como sardinas”, con el consecuente peligro que esto implica. El nombre de Balsas se debe a la abundancia de este árbol en otras épocas, que sobre todo durante la Segunda Guerra Mundial sirvió para satisfacer las necesidades bélicas como aporte de nosotros en calidad de “aliados” para EEUU, cotizada como materia prima para la construcción de barcos y aviones de combate.

¿Por qué Marcabelí?

Cuenta la tradición de los marcabelences --y lo narra con emoción Víctor Fernando Bravo, estudiante de la Universidad Politécnica que nos acompaña-- que por esos lugares hace más de cien años, se perdieron dos sacos llenos de oro; el caso es que un empleado de la empresa minera inglesa B.L.I. salió desde Puyango llevando una mula con la carga preciosa con dirección a Zaruma; en el camino el hombre se detuvo para hacer sus necesidades biológicas, por lo que dejó la mula suelta un instante, pero luego que la buscó el animal había desaparecido; comenzó una angustiosa búsqueda y al no encontrar a la acémila y el oro que transportaba, corrió la voz entre los habitantes del sector para que le ayudasen; como señal indicó que dichos sacos llevaban “la marca B.L.I”. Desde entonces todo ese lugar quedó bautizado con el nombre de “Marcabelí”.

La historia de don Santos Paucar

También relatan que el primer colonizador de las tierras donde actualmente se halla asentado el cantón, fue un hombre llamado Santos Paucar, oriundo de Ayabaca, territorio hoy peruano a raíz de la invasión de 1941. Paucar había abandonado su tierra natal para dirigirse hacia el norte en busca de lugares con mejor productividad y llegó a las tierras que actualmente son de la jurisdicción de Marcabelí. Santos Paucar, de alto espíritu de trabajo en compañía de su esposa María Elena, fundó el pueblo en mención. Dicen que el hombre se caracterizaba por su filantropía y generosidad, de modo que en 1934, mediante escritura pública suscrita en Zaruma, donó parte de sus tierras a la Curia de El Oro, recibiéndola el P. Juvenal Jaramillo.

Fue paso de arrieros, equipos y oro

Antes de arribar a nuestro destino, se divisan muchos criaderos de pollos y el fuerte olor característico, que ventajosamente se dilata en el aire fresco de la zona. En esta época los campos no lucen tan verdes debido a la ausencia de lluvias y al sol canicular especialmente al medio día. Unas cuantas fotografías en Balsas y proseguimos. Diez minutos después llegamos a Marcabelí. En todo caso meditamos sobre el pasado de hace cien años cuando por esos lugares el tránsito de bueyes, mulas y arrieros debió ser permanente, con el trasporte de maquinarias, equipos y el producto de la explotación de minerales, en especial el oro extraído de las minas de Zaruma y Portovelo, siempre con destino a Piedras, en donde estaba instalada una estación de tren para conducir el producto de la explotación y pasajeros hacia Puerto Bolívar.

Tierra que produce de todo

Actualmente en Marcabelí (680 msnm) la gente vive de la agricultura y ganadería, es tierra de paz y orden, por suerte sin casos de delincuencia. Se encuentra a 81 km de Machala. En la finca de don Victoriano y doña Benita se cultiva de todo: naranjas, limones, limas, toronjas, plátano, café, papayas, mandarinas, guabas, guayabas, tumbos, guineo, caña de azúcar, aguacates y se cría ganado brahaman solo para carne y aves de corral. Uno que otro produce aguardiente del bueno, de ese que hace torcer, “no del adulterado”. La aspiración de los jóvenes es llegar a una Universidad en Cuenca, pero no siempre es posible por diversos factores. En la finca, de pronto sobrevuela gritando enfurecido un “pashco”, seguramente porque nos vio con cara de intrusos, es un ave grande como una pava o una gallina, que iba a no dudarlo en busca a su pareja. ¿A estas aves las cazan? pregunto a Víctor. Aparecen por bandadas pero se las caza sólo para alimentación, no por el gusto de cazar, hay respeto hacia la naturaleza, expresa. Sin embargo, ahora se ve poco al tigrillo y no hay duda que años atrás se lo cazaba por diversos motivos. En la finca llamada “La Palmerita” recorremos sus lugares aledaños; por allí también cultivan tilapia, y siembran la palma que sirve para la fabricación de escobas; lo bueno es que existe amistad y colaboración entre todos los vecinos y se produce la autosustentación. El café es el producto fuerte, venden a 250 dólares el saco de grano secado, expulpado, lavado y escogido, y con cáscara o “café en bola” a 120 o 150 dólares. La planta tiene una vida productiva de diez años, por ello hay que hacer viveros para replantarla.

Atractivos turísticos y un mensaje

En Marcabelí los atractivos turísticos más importantes son: las cascadas “La Chorrera” y “El Rocío”, los balnearios del río Marcabelí, las minas del feldespato, el ingreso al río Puyango, la industria de panela y la gastronomía con su plato típico en base a plátano y maní; y el dulce y sabroso jugo de naranja el turista no se puede perder. Más tarde conversamos con la reina de Marcabelí, la bella Angie Maza, nos dijo que quiere ser abogada criminóloga, promocionar los talentos de los jóvenes, que le gusta el deporte, el baile, la música; se considera exigente, divertida, amigable y preocupada por los demás, más que de sí misma. ¡Admirable!, ¿verdad? Dice que el alcalde, César Carrión Mora es muy responsable, y por nuestro intermedio emite un mensaje para los jóvenes azuayos: “Antes de tomar una decisión piensen bien, para que luego no se arrepientan de lo que han hecho…”

Contacto para un evento educativo

No podía falta nuestra visita al Colegio Nacional Técnico Marcabelí. Dialogamos con su rector, Galo Valarezo Aguilar, con quien tratamos sobre el próximo Encuentro de Clubes de Comunicación Estudiantil en esa ciudad, con su plantel como anfitrión; todo se planifica en ese sentido. Doña Irlanda Romero, ex reina de Marcabelí, también nos recibe cordial y ofrece sus buenos oficios para gestionar la ayuda de la Alcaldía para el evento en mención. Como nos sucede a menudo, al momento de retornar queda un vacío en nuestro ser, es por la acogida cordial y sencilla de quienes fueron anfitriones, con la gratitud imperecedera, pero hay que volver, porque esta tierra ofrece mucho, sobre todo la paz y tranquilidad que todos buscamos. El largo viaje de regreso nos permite pensar que todavía existen lugares y personas diferentes, porque como dice Facundo Cabral, “en la tranquilidad hay salud, como plenitud dentro de uno”. Y por ello, como complemento, expresa: “Perdónate, acéptate, reconócete y ámate. Recuerda que tienes que vivir contigo mismo por toda la eternidad…”

César Pinos Espinoza

cesarpinose@hotmail.com

www.proyectoclubesdecomunicacion.blogspot.com