lunes, 31 de diciembre de 2012

CONVERSANDO CON DIOS EN EL CAJAS. RELATOS DE UN EXPLORADOR.



El paseo arrancó en la población de Sayausí, Ecuador, a las doce de la noche. Fue hace 45 años. El grupo de amigos alegres inició la marcha con el apoyo de un hombre que con su acémila transportaba las mochilas de los cinco excursionistas. ¿Por qué íbamos a esa hora y para qué? Sólo cuatro sabían. Yo desconocía las intenciones y objetivos pero me mostraba animoso y dispuesto a todo.  En dos horas de camino a través de una ruta que parecía carretera llegamos a la casa de don Lizardo, él estaba durmiendo pero se levantó para mostrarnos un lugar en donde podíamos descansar el resto de la noche. Ya amanecía y el frío era intenso. Creo que nadie durmió por la baja temperatura y quizás por el interés de ver algo interesante el día siguiente.
De pronto, cuando aclaraba la mañana, nos despertó al grupo el ruido de un automotor, era un bus que había llegado y transportaba a un grupo de chicas que venían de excursión. Poco a poco comenzaron a bajar, mientras nosotros apurábamos siquiera lavándonos la cara y recogiendo nuestros enseres para atender a las recién llegadas. Aún no sabía de qué se trataba, los cuatro restantes sí. En todo caso me di cuenta de que eran estudiantes de un colegio de internado de Cuenca, todas procedentes de la costa. Había que ser atentos y ayudar, al menos esa era la consigna.
Escogida la pareja, cada uno comenzó el ascenso hacia la laguna de Luspa. Yo iba con una bella chica del Guayas, llevando su mochila, y creo que simpatizamos rápido y en forma mutua. Había que avanzar lo más pronto posible para aprovechar el tiempo, la tarde y la noche, según eran los planes. En el camino conversamos de todo: sus estudios, los míos…y cosas de la juventud. Siendo así la marcha y con semejante motivación para los dos fue fácil coronar la cuchilla que se ve frente a la laguna Toreadora, para en ese filo descansar un rato mientras veíamos que la caravana avanzaba y nos dábamos cuenta de que estábamos en los primeros lugares. Delante de nosotros sólo caminaban dos parejas. Con el día muy despejado y hermoso no había para perderse, sobre todo si uno de nuestro grupo conocía de palmo a palmo la zona. Por allí un gran acierto inconscientemente: chupar naranjas que mi compañera llevaba en su mochila y arrojar las cascaritas en el camino. Quién creyera, eso sería mi salvación varias horas después.
Y bajamos y bajamos. Temas tras temas desfilaron a lo largo del trayecto, todo era felicidad, belleza natural y olvido del mundo, salvo de las miradas permanentes entre uno y otro, y haciendo de mí parte mil castillos en el aire. Qué linda, decía en mis adentros, cada vez que la miraba. No tenía ni idea de lo que me iba a suceder después. Ella, de la alta sociedad de Guayaquil y este su servidor un muchacho sencillo y del pueblo, difícil pero no imposible, me animé. Al cabo de una hora más, ya estábamos en el filo de la Luspa. ¿Y ahora? A esperar que lleguen todos para comenzar la fiesta y el romance. Eso jamás sucedería. Comenzaron a arribar las chicas con su acompañante y así, ya se divisaba al resto de excursionistas.
De pronto llegó un hijo de don Lizardo, el que guiaba la acémila, para comunicarnos un pequeño problema: la mula se había enfangado en el camino y había que ir para rescatar las mochilas y ayudar a sacar al animal. No hay problema, pensé, será cuestión de una media hora y ya, dado que el arriero nos dijo que era por ahí nomás. Entonces, vale ganar tiempo y volver. Conversamos entre los cinco y decidimos ir al rescate. Me despedí de la chica y le dije que ya volvía en un rato, que me esperara. Vi en ella alguna inquietud, pero me respondí, son cosas de la edad. Me dijo, te espero, cuídate mucho y vuelve pronto. Para un muchacho deportista esa caminata adicional era lo de menos, pero…nunca retornaría.
Tomé la delantera. Como ya conocía el camino o por lo menos creía conocerlo, no había dificultad. Mis compañeros conversando, conversando, venían atrás. Cada trecho les silbaba y les apuraba, ellos respondían y venían hacia mí. Y continuaba la marcha pensando encontrar por allí a la acémila y comenzar el trabajo, pero nada. Y silbaba y gritaba, mas, ya sólo el eco me comenzaba a responder. Mejor me senté a esperar. Pasó un cuarto de hora, una media hora y nada. Volví a silbar y gritar, pero no había respuesta. Vi mi reloj, eran las diez de la mañana. Comenzó a bajar la neblina y ya no veía nada a pocos metros, sin embargo, no me movía del lugar y del camino. De pronto la neblina se disipó y esperaba ver alguna cercana presencia de alguien…el silencio fue la respuesta y comenzó a ser preocupante. Me puse a caminar más arriba para tratar de divisar algo pero cada vez me extraviaba más y es cuando me dije, ahora sí estoy perdido.
El tiempo avanzaba lentamente, ya eran las once, las doce, la una de la tarde y todavía mantenía la serenidad; me decía, al fin es cuestión de caminar de regreso a la laguna por la ruta que tomé y en una hora ya todo habrá pasado, pero cuando quise hacerlo, no encontré ese camino. No sabía dónde estaba, pero caminaba por los pajonales y cada momento me encontraba en peores condiciones de orientación. Únicamente reflexionaba en que no debía dejar de caminar y no era momento de lamentaciones. Me acordaba del caso del joven hijo del doctor Ricardo Muñoz Chávez, alcalde de Cuenca, que se perdió por allí y lo encontraron días después muerto en una quebrada. Vino a mi memoria otro insuceso, el de Iván Montero, que abandonó su moto descompuesta y había decidido caminar para encontrar ayuda, pero que se extravió y murió a consecuencia de esa decisión de dejar su máquina cuando pudo avanzar aunque se rompan los cauchos. Y siempre guardaba optimismo, pensaba que todo se puede con perseverancia y deseos de vivir. No debía decaer ni perder la confianza en mí mismo.
Mi reloj ya marcaba las cinco de la tarde. El tiempo comenzó a pasar raudo, la neblina volvió a bajar. Esto es el fin, pensé. Ya eran las seis de la tarde, en unos minutos comenzará a oscurecer. La verdad es que no me había acordado de Dios hasta ese momento. Me senté en una piedra y dije, Dios mío, no me dejes aquí, si es posible, aparta de mí ese cáliz, soy muy joven para morir, tengo la vida por delante y no soy malo, tú sabes. De pronto oí una voz que me respondió: No te preocupes, estoy jugando contigo. Pero Señor, tú estás jugando y yo estoy desesperado, cómo es eso. Él se rio: No. Sólo quiero ver qué capacidad tienes para resolver tus problemas. Los hombres deben aprender a hacer uso de la inteligencia que les he dado para valerse de sí mismos y resolver sus momentos difíciles. Claro que sí, le insistí, pero en este momento ya no encuentro alternativa alguna, y tú juegas conmigo. Volvió a reír: Mira, dijo, no te pasará nada, esto sólo es una prueba, te necesito para otros objetivos más importantes y tú tendrás que servirme, de modo que tienes que hacer un esfuerzo más y deberás recordar siempre esta lección, las locuras juveniles a veces conducen a la muerte y esa chica en quien estás inspirado no es para ti, lo hago para cambiar tu rumbo en la vida y te tengo un mejor porvenir, pero no te vuelvas a equivocar…
Mi Interlocutor me cerró el audio y me quedé nuevamente solo. Obscurecía. En eso me fijé bien en un claro del camino a un metro de distancia, eran cascaritas de naranja. Me agaché, las besé y me aferré a la vida, no debo separarme de este camino, es lo último que me queda, pues, a lo mejor estoy soñando, delirando y jamás vi ni conversé con nadie. Apenas unos metros más y me encontraba encaramado en el filo de la cuchilla y ya en la noche vi una luz lejana, era la casa de don Lizardo en Quínoas. A partir de ese momento es otra historia, caídas, levantadas, tropiezos, desgarres y sangre, un ganado que me persigue en la obscuridad y al fin, la casa de don Lizardo. Antes de entrar, los perros ladraban nerviosos, mientras yo miraba al cielo y decía: Gracias Señor. Volvió esta vez a sonreír y me dijo: Cuánto te amo…

César Pinos Espinoza

domingo, 30 de diciembre de 2012

EN HUIGRA SE PREPARAN PARA RECIBIR NUEVAMENTE AL TREN

















Píllaro, tierra del heroico Rumiñahui



A partir de Ambato tomamos la ruta norte que lleva a uno de los cantones más viejos y emblemáticos de la provincia de Tungurahua, Santiago de Píllaro (Santiago por el Apóstol, y Píllaro, del cayapa Pilla = Relámpago y Ru = Hueco). Está ubicado a 2800 m.s.n.m. con un clima fresco y singular. Los buses circulan cada 20 minutos y el pasaje tiene un costo de $ 0.48. Es Día de Navidad y en 40 minutos por una carretera espectacular llena de curvas en diferentes niveles de altura, llegamos y un gran monumento al héroe Rumiñahui nacido en esta tierra, nos recibe. El personaje nació en un sitio llamado Huaynacuri, aproximadamente en 1492, fue hijo de Huayna Cápac y Nary Ati, por línea materna sus abuelos fueron Pillahuaso Ati el padre, Cacique de Píllaro y la Reina Choasanguil. Su nombre significa "cara de piedra". El Congreso Nacional en 1985, resolvió que el 1 de diciembre, se lo recuerde como héroe indígena, defensor del Reino de Quito de los conquistadores españoles.
¿Cómo habrá sido el lugar?
Con seguridad este enorme territorio hace 500 años estuvo cubierto de vegetación primaria, de la que quedan solamente algunos puntos en las estribaciones de las montañas más altas como los Llanganates, que ahora los encontramos semicubiertos de nubes. Dicen que Huaynacuri --hasta donde hemos llegado-- y las montañas cercanas fueron refugio de Rumiñahui y otros líderes indígenas durante la lucha de resistencia contra la invasión de las tropas de Huáscar primero, y luego contra los españoles al lado de Atahualpa su medio hermano, ambos hijos del tomebambino Huayna Cápac. Hay muchas historias en torno a expediciones en busca del tesoro, que partiendo de Píllaro fueron a los Llanganates y muchas de ellas se perdieron o sucumbieron por lo agreste de la montaña o la inclemencia del páramo. Dicen que en el sitio la tierra tiembla y se los traga. Sin embargo, una guía turística expresa que “la laguna de Pisayambo se encuentra ubicada en las inmediaciones del Parque Nacional Llanganates a 45 km al nororiente del cantón; por la ví­a que conduce a la parroquia San José de Poaló, el acceso es fácil y se la puede apreciar desde la carretera misma. Pisayambo es un lugar destinado al turismo naturista directo, pero su cause ha sido alterado, prácticamente la laguna es un embalse natural modificado. Se puede realizar caminatas, observación de la flora y fauna tí­pica de Páramos, camping, etc.”
Encuentro al pueblo de fiesta
El pueblo está de fiesta, se preparan los pases y los danzantes, como un preludio de lo que viene después, la famosa “diablada”, que moviliza a toda la población y a los turistas a nivel nacional e internacional. Píllaro es un cantón extenso. Una parte se llama “Píllaro Viejo”, con su parque antiguo y su monumento al General José María Urbina. Una placa dice: “Ilustre pillareño, Presidente Constitucional de la República, 1852-1856”, y una leyenda adicional: “Nadie nace esclavo en la República, ni puede ser introducido en ella en tal condición sin quedar libre”. Urbina promulgó la liberación de los esclavos negros, que más tarde los transformó en sus soldados, a los cuales se les llamaba “tauras”, porque la mayoría procedía del sitio de Taura en la costa. El parque tiene pinos, palmeras y cipreses envejecidos y algo olvidados. Lo rodeo, me gusta mirar a la gente, soy un extraño más, de los que a cada rato llegan por ese rincón serrano para maravillarse de cosas diferentes y hombres y mujeres diferentes. Un desayuno completo en un pequeño restaurant cuesta dos dólares y medio: un buen plato de arroz con pollo al jugo, un huevo duro, pan, queso, jugo de no sé qué y café con leche. A dónde más. Frente a la iglesia aparece un grupo bullanguero de jóvenes vestidos con llamativo atuendo azul, portando saxos, trompetas, trombones y otros instrumentos nuevecitos, se llaman “Banda-orquesta zon pillareñita”, y tocan muy bien los guambras; les tomo una foto y dicen: “vale para el facebook”, entonces les doy una tarjetita y esperan aparecer en nuestro espacio.
La Plaza de la Resistencia en Huaynacuri
Más allá entablo amistad con Juan Francisco Moreira. Me cuenta que es de Chone y que se ha casado con una chica del lugar y ahora trabaja con una camioneta de alquiler y le va muy bien. Hablamos sobre las bellas choneras y nuestro paso hace años con los alumnos del Benigno Malo y los buenos recuerdos. Juan Francisco me lleva a algunos lugares, primero a la Plaza de la Resistencia en Huaynacuri, lugar en el cual aseguran que nació Rumiñahui y vivió su niñez y juventud, poco antes de dirigir los aguerridos ejércitos de Atahualpa contra los de su hermano Huáscar y de organizar la defensa contra la invasión española, hasta su trágico fin. Allí existe una plaza que remeda una construcción indígena a manera de fortaleza desde la cual se divisa Ambato y Pelileo hacia el lado sur-oriental, y los Llanganates hacia el noroccidente, que según la leyenda fue donde Rumiñahui escondió los tesoros que estaban destinados al rescate de Atahualpa en Cajamarca, pero que ordenó  su regreso para depositarlos en algún lugar que hasta hoy es un misterio; según los entendidos, sería fabuloso, el mayor porcentaje de todo lo que se llevaron los españoles y de lo que se gastó en los templos de Quito. Cantuña lo supo de su padre Huanga, y de allí la leyenda de la construcción del templo de San Francisco de Quito mediante un “pacto con el diablo”. El cerro continúa cubierto de nubes y nos han dicho que es casi inaccesible. Rumiñahui y los suyos se llevaron el secreto a la tumba; todo cuánto hicieron los soldados de Benalcázar, tras incendiar y destruir la ciudad de Quito para descubrir el destino de los tesoros, resultó inútil.
Un personaje extraño e interesante
Cuentan los cronistas que en la época de la colonia un español de apellido Valverde estuvo casado con la hija de un cacique, quien fue uno de los líderes de lo que hoy es Píllaro. Este español de la noche a la mañana se convirtió de un hombre pobre en un individuo rico y acaudalado, ya que el padre de la chica revelo a su yerno, el lugar donde Rumiñahui escondió el tesoro del Reino de Quito, de donde se dice Valverde sacó gran cantidad de oro y plata. Valverde regresó a vivir en su natal España y posteriormente dirigió al Rey un manuscrito revelando la ruta a seguir para lugar donde se encuentra el Tesoro. Este manuscrito desde esa época se lo conoce como la guía o el Derrotero de Valverde, el mismo que consta de cinco jornadas. Desde aquellos días hasta la actualidad cientos de investigadores, científicos, exploradores y buscadores de tesoros han llegado a Píllaro para seguir fielmente el Derrotero, pero no se ha sabido nada.

Personajes, parroquias y riqueza








Píllaro consta de siete parroquias: Baquerizo Moreno, Emilio María Terán o Rumipamba (con el nombre de un destacadísimo personaje de la historia nacional nacido en Latacunga), Marcos Espinel (Chacata), Presidente Urbina (Chagrapamba-Patzucul), San Andrés, San José de Poaló y San Miguelito. La principal actividad económica del cantón es la ganaderí­a con una producción que sobrepasa los cien mil litros diarios, igualmente la fertilidad de las tierras dan lugar a una gran producción de hortalizas, legumbres, cereales y una extraordinaria variedad de frutas. La talabarterí­a, es otra actividad para elaborar monturas tipo galápagos, zamarras, riendas, arretrancas, cinchas, estribos, pellones, guruperas, entre otros. Bueno, Píllaro es como para volver más de una vez. Todavía no hemos hablado de sus valores artísticos, naturales y humanos, caso Nelson Dueñas, los Hermanos Castro, la tierra de la manzana Emilia (por Emilio María Terán), las Hermanas Esparza, el héroe del Cenepa Efraín Pilco, las mejores papas, aguacates, mandarinas  y manzanas, la ganadería brava de los cerros para fiestas de pueblo y grandes corridas, los “Siete chorros” de agua milagrosa, el valle del río Culapachán con clima delicioso, sitios como San Miguelito y la Basílica de la Niña de Jerusalén, la Hostería María Soledad, en fin, tantas cosas de este pueblo antiguo y moderno, hermoso y lleno de gente trabajadora y sana. Hay que volver.
César Pinos Espinoza
www.proyectoclubesdecomunicacion.blogspot.com