domingo, 5 de agosto de 2012

Los encantos de Guaraynag


Fue persistente y humilde la invitación de Marco, un joven de Guaraynag, para que visitemos su comunidad, hasta que el momento llegó. Guaraynag es una parroquia del cantón Paute, ubicada en la margen izquierda del río de este nombre. Tiene una dilatada historia pero sobre todo dispone de un presente muy significativo e interesante, como para proyectarse a un futuro prometedor.
Una inauguración humilde y solemne
Ese domingo la gente estaba alegre y como de fiesta y en el parquecito comenzaba el movimiento, y mucho más, luego de la salida de misa. De pronto asomaron los anfitriones: Marco, Santiago y Carlos Solórzano, que junto a doña Eduviges Coyago, comenzaron los preparativos para el recorrido. El objetivo de los anfitriones era conducirnos junto con unas veinte personas a diversos lugares para conocer el potencial turístico de la zona. Primero a la loma de Loropico, pero antes a una solemne inauguración mediante un acto en el que se cantó el Himno Nacional y tomaron la palabra los líderes, mientras en los intervalos un potente equipo de sonido nos ponía la mejor y más motivadora  música, al estilo de los modernos merengueros y los ritmos de moda. Doña Eduviges tomó la palabra y dijo que lo hacía en nombre de toda la comunidad para agradecer la presencia nuestra y para mostrar los encantos naturales y los vestigios cañaris e incas de hace muchísimo tiempo. Por su parte Horacio Valdez intervino y motivó a la gente para que se constituya en guardiana de esos tesoros que hay que promocionarlos.
Interesantes testimonios del pasado
En verdad, en el lugar se puede apreciar restos antiguos de muros, caminos y piedras talladas, que según dicen los habitantes, pertenecen a sus ancestros cañaris, y que las piedras talladas fueron dejadas en el lugar porque algo sucedió, fue la arremetida española. Esas piedras estaban en tránsito hacia unas edificaciones de más adentro, en Pindilig y Taday, que también quedaron a medio construir porque, como dijo una mujer en el Perú, “anocheció en la mitad del día”, es decir, los ibéricos habían matado a Atahualpa y todo el imperio se derrumbó. Los conquistadores a partir de ese grave suceso comenzaron a invadir nuestro actual territorio y todo lo que estaba en proceso se vino abajo. Han pasado desde entonces 500 años y allí en Guaraynag reposan testimonios de una raza poderosa e invencible por el tiempo, la Cañari, y posiblemente de la que arribó de lejanas tierras peruanas, para establecerse apenas por menos de una centuria en las nuestras.









Huellas del camino hacia grandes urbes
La cinta tricolor que han colocado junto a piedras talladas, emociona. Los habitantes de Guaraynag las valoran hoy y quieren que todos las conozcan: por eso, cada uno de los que nos acompañan se esmeran en indicarnos y en contar lo que también a ellos les contaron cuando niños. Nos muestran el Inti Ñán bordeado de muros esporádicos que alguna vez sirvió para el paso de jóvenes y poderosos atletas llamados “chasquis”, conduciendo el correo sagrado del Señor Inca desde o hacia Quito, desde o hacia Tomebamba, desde o hacia el Cusco, la capital imperial de gran Tahuantinsuyo. Entonces gobernaba seguramente el paisano Huayna Cápac, que según los más destacados cronistas e historiadores, fue el más poderoso y célebre de los incas, de un imperio que comenzaba en el río Maule (actual Chile), comprendía tierras argentinas, bolivianas, peruanas y ecuatorianas de hoy, incluso hasta el río Angasmayo en Colombia.
El hermoso Mirador de Loropico
Y la caravana prosigue hacia Loropico, un mirador excepcional. Dicen que el nombre se debe a que visto el lugar desde abajo se parece a un loro enorme. Desde esa pequeña terraza se divisa la represa de Mazar y todo ese gran callejón natural tallado por el río Paute con rumbo hacia la Amazonía. Hacia un extremo del mirador se halla un hito, seguramente de cálculos y mediciones geográficas. Luego retornamos a la parte alta y nos dirigimos a la cascada y “Fuente de los deseos”. Es un lugar hermoso con una caída de agua pura y fresca y un hoyo por el que asoma una fuente de agua de la cual todos bebemos, pero formulando un deseo, que según Santiago, siempre se cumple. El mío se ha cumplido, ver nuevamente ese mundo de moras y joyapas de mi niñez, flor de Cristo, salapas, galguayes, shiripes, del aromático ciprés y de la rarísima orquídea mosquito. Por abajo, bien abajo, el río Dudas arremete sonoro anunciando su llegada al caudaloso Paute.
El atractivo del Baño del Inca 
A continuación vamos al “Baño del Inca”. Este lugar se encuentra muy cerca del pueblo de Guaraynag y en verdad es un chorro de agua que brota no se sabe desde cuándo, pero una mujer dice que lo conoce ya cuarenta años, sus padres y abuelos lo conocían y no tiene idea de dónde proviene. El tiempo ha transcurrido raudo. Es hora de retornar, los amigos anfitriones se esmeran en atendernos con una sabrosa comida y la recomendación de que contemos a los cuatro vientos lo que hemos visto. No puede ser de otra manera. Pero esto que es de ellos, que es nuestro, de los ecuatorianos, debemos conocerlo, porque da vida, repara energías, es un prodigio, un lugar de gente buena, sencilla e inteligente. Como muestra basta un botón, Marco Solórzano, que jamás ha pasado por colegio alguno, escribe lindos versos, compone canciones y hasta quiere editar un libro. Entonces queda claro, la inteligencia la puso Dios en la mente de todos, en el fugaz instante de nacer…

César Pinos Espinoza
www.proyectoclubesdecomunicacion.blogspot.com

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